Más allá del Kybalión… “Teoría, Leyes y Principios de la Gestalt”

«Hay muchas más cosas perceptibles de las que podemos percibir conscientemente» Demócrito año 3700

El primer axioma del Kybalión describe: el Todo es Mente; el universo es mental… y son los primero axiomas que nos guían luego de embarcarnos en este viaje de autodescubrimiento que es la Masonería. Masonería que nos presenta las herramientas, y nos invita a visitar nuestra cantera interior para obtener la mejor piedra. En este proceso, construimos desde dentro hacia afuera, en una constante dicotomía entre especular y operativizar. Tratamos de canalizar la energía de nuestro crecimiento hacia nuestras manos y así, a través de nuestras acciones, construir un entorno mejor. Pero estas acciones no son una expresión de nuestras vísceras, o de nuestras almas, sino de nuestro pensamiento; el cual se genera en el mismo lugar en donde desembocan nuestros cinco sentidos.

He aquí, que para conocer un poco más a nuestro gran arquitecto interior necesitemos la valiosa ayuda de la Psicología con su Teoría de la Gestalt. Es una teoría muy utilizada actualmente en psicoterapia y resolución de problemas, pero también nos ayuda a comprender que la concepción del universo no puede reducirse sólo a lo que es directamente observable o medible.

La psicología de la Gestalt da importancia a aspectos humanistas positivos tales como la autorrealización y la búsqueda de decisiones acertadas, y trabaja con una concepción del ser humano como agente capaz de desarrollarse de forma libre y autónoma. Esto significa que no se centra en los aspectos negativos de la mente, tal y como ocurre con ciertos tipos de psicoanálisis, ni se limita a estudiar las conductas observables de las personas.

La palabra alemana Gestalt, que puede traducirse como «forma», representa este proceso por el cual construimos marcos de percepción de la realidad: todas las personas interpretamos la realidad y tomamos decisiones sobre ella en base a estas «formas» o «figuras» mentales que vamos creando sin darnos cuenta. Según este enfoque, aprendemos acerca de lo que nos rodea no sumando el conjunto de piezas de información que nos llegan a través de los sentidos, sino a partir de las «figuras» que se crean en nuestra mente. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en una filmación.

A pesar de ser una sucesión de fotografías que pasan rápidamente, nosotros las percibimos como algo muy distinto: una secuencia de imágenes en movimiento. A pesar de que esta cualidad (el movimiento) no está presente en las distintas imágenes, lo que experimentamos es una globalidad que sí tiene esta propiedad.

Desde la perspectiva de la teoría de la Gestalt esto es así porque creamos formas globales sobre la realidad, en vez de limitarnos a recibir pasivamente la información que nos llega de todas partes. Lo mismo queda manifestado claramente cuando vemos esas ilusiones ópticas en las que aparecen dos o más imágenes superpuestas pero no somos capaces de ver más de una a la vez: la globalidad de la figura parece apoderarse de nuestros sentidos.

 

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Con el objeto de explicar los efectos globalizadores de nuestra mente, el psicólogo Max Wertheimer enunció las Leyes de la Gestalt, luego desarrolladas por Wolfgang Köhler y Kurt Koffka.

  •  La ley de la figura-fondo: no podemos percibir una misma forma como figura y a la vez como fondo de esa figura. El fondo es todo lo que no se percibe como figura.
  •  Ley de la continuidad: si varios elementos parecen estar colocados formando un flujo orientado hacia alguna parte, se percibirán como un todo.
  •  Ley de la proximidad: los elementos próximos entre sí tienden a percibirse como si formaran parte de una unidad.
  •  Ley de la similitud: los elementos parecidos son percibidos como si tuvieran la misma forma.
  •  La ley de cierre: una forma se percibe mejor cuanto más cerrado está su contorno.
  •  Ley de la compleción: una forma abierta tiende a percibirse como cerrada.

 

La ley más importante y que nos da una mejor idea sobre la lógica por la que se rige la generación de percepciones como un todo es la ley de la buena forma, según la cual lo que percibimos con mayor exactitud y rapidez son aquellas formas más completas pero, al mismo tiempo, más simples o simétricas.

Como las formas son una totalidad, no pueden ser reducidas a un solo sentido. Esto significa que una imagen mental no es necesariamente una imagen visual, sino que es algo más; de esta manera, las leyes de la Gestalt se aplicarían a todo tipo de percepciones y la persona sería capaz de reestructurar sus «formas» mentales para adoptar puntos de vista más útiles y mejorar su toma de decisiones y sus objetivos. Estaríamos hablando de la Gestalt como terapia; que no estaría concebida exclusivamente para tratar enfermos, sino también para desarrollar el potencial humano.

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Este énfasis en los procesos por encima de los contenidos y de lo subjetivo por encima de lo objetivo se puede desplegar en los principios teóricos que representan la Terapia Gestalt:

1. Aquí y ahora: vivir y sentir el presente. Vivir y sentir la realidad.

2. Toma de conciencia: es imprescindible saber lo que le ocurre a uno mismo. Sólo se necesita ser consciente para cambiar (si se quiere) una conducta.

3. Aceptar lo que uno es: no buscar ídolos, no aceptar los «deberías», ser responsables de los propios actos.

4. Enfatizar en el “cómo” o en el “para qué” más que en el “por qué” ¿Cómo me siento? ¿Cómo me siento en esta situación? ¿Cómo me siento ahora? ¿Para qué estoy haciendo esto? ¿Para qué me sirve sentirme de este modo?

5. El uso de la Primera Persona, puesto que una de las fortalezas de la Terapia Gestalt es el asumir la responsabilidad de nuestros propios pensamientos, sentimientos y acciones.

Tomar conciencia de los propios actos implica también asumir las consecuencias de esas opciones. A partir de la aceptación de los errores y riesgos, se gana autonomía. La irresponsabilidad se considera fruto de una ilusión, una negación del presente y una negativa a la hora de tomar conciencia. Es por eso que la Terapia Gestalt enfatiza la necesidad de asumir responsabilidades, no para mejorar la convivencia con los demás, sino para ser más libres y más capaces de dotar de significado a nuestras vidas.

Yo soy Yo y Tú eres Tú

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas

Tú no estás en este mundo para cumplir las mías

Tú eres Tú y Yo soy Yo

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, Será maravilloso Si no, no puede remediarse.

Fritz Perls

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