I.N.R.I. y el Ave Fénix
La letras «I.N.R.I» son las iniciales del título en latín que Poncio Pilato escribió sobre la cabeza de Jesucristo en la cruz (Juan 19:19).
En el plano hermético-alquimista su significación secreta es: Igne Natura Renovatur Integra (Toda la naturaleza será renovada por el fuego). Según Heráclito el fuego es un “agente de transformación” porque todas las cosas nacen del fuego y a él vuelven.
Para los alquimistas “El fuego es un elemento que actúa en el centro de toda cosa” Factor de unificación y de fijación. Según el escritor Eliade, “atravesar el fuego es símbolo de trascender la condición humana”, es una muestra del anhelo de los seres humanos por superar la mediocridad y alcanzar estados de madurez psíquica y espiritual.
Una vieja historia “alegórica” narra que El Ave Fénix tenía su nido en unas rosas que existían al pie del árbol del conocimiento en el jardín del edén, y que al momento de la expulsión de Adán y Eva, una chispa de la espada flamígera del querubín cae en el nido incendiándolo rápidamente junto con el ave, y que al consumirse totalmente, el Ave Fénix emerge de las cenizas con hermosos plumajes escarlata, rojo y anaranjado como si fuese una ave de fuego.
El árbol del conocimiento del jardín del edén, es el cuerpo físico del hombre a través del cual el alma evoluciona por el conocimiento que le provee las experiencias vivenciales en este mundo. El Fénix al pie de este árbol es la consciencia incipiente y primitiva, la chispa de la espada flamígera que lo incendia, es el aliento de Dios y una chispa de la consciencia universal, y el Ave Solar que emerge entre las cenizas humeantes es la consciencia que despierta en plenitud de facultades en el alma del hombre.
El Mason conforme avanza en grados, se va volviendo más consciente de su propia realidad, de su doble naturaleza, la espiritual y la material, y sabe que para avanzar a los grados superiores primero debe pasar por el fuego las escorias de su naturaleza inferior para renacer de nuevo purificado.
El Ave Fénix es un símbolo propio de la Alquimia Hermética y representa la transmutación de la naturaleza inferior humana hacia la superior y el proceso natural de vida, muerte y resurrección, la eternidad del alma, y el destino ineludible del hombre como hijo de Dios de alcanzar en un futuro indeterminado la iluminación y la divinidad por derecho a su propio linaje y estirpe divino como hijo de Dios. Según las sagradas escrituras dice: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en vosotros?” Co. 3:16
Ese fuego simbólico que nos permite renovarnos y transmutar nuestra naturaleza inferior, es la razón, es a través de esta que podremos elevarnos hacia estados de conciencia que nos permitan comprender nuestra vida material y me rehúso racionalmente a que, miles de millones de años de evolución, generada por esa chispa Divina, no han sido en vano y que no pueden terminar nuestro viaje por este plano, solo con la desaparición física, en el universo nada se pierde, todo se transforma para volver a comenzar.
Es la Razón, que nos guía en cada viaje que realizamos en nuestros ascensos en la orden, ella simbólicamente nos “renueva” con cada aspecto que debemos tener en cuenta para evolucionar en nuevos estados de conciencia que nos permitan ver la realidad, no solo en un mismo plano y llano, sino que en el universo esta todo relacionado, todo tiene que ver con todo, y que nuestro camino iniciático nos muestra que debemos elevarnos por sobre lo material, (renovados por el fuego, la razón) y volver a Dios.